martes, 1 de septiembre de 2015

Cien veces Sebastián.

Garantía de entrega y actitud. Cuota de despliegue y sudor. Pierna fuerte y cabeza levantada. Mediocampista central o zaguero. Rueda de auxilio. Socio de todos. El domingo, en ocasión del triunfo 2-1 vs. Peñarol de Pigüé y en otra actuación destacada, cumplió cien partidos en la Primera División de Atl.Huanguelén Sebastián Tesei. Un joven veterano.


Nacido el 11 de junio de 1992, debutó prematuramente en la categoría superior del Verde. El 18 de noviembre de 2007 –con Raúl Antonio Maldonado como DT y con 15 años, 4 meses y 7 días de edad- saltó al césped del “Juan Eduardo Christiani” como titular en un empate en dos tantos con el Deportivo Argentino de Carlos Javier Salvi.

Atlético alineó, aquella tarde, a: Federico Van der tuin; Adalberto Arroyo, Gustavo Cascallares, Mario Leibold y Juan Marcelo Gómez; Rafael Menchi, Néstor Ferreyra, Sebastián Tesei y Hernán Schinke; Gastón Martín y Renso Fibiger. En el segundo tiempo ingresaron a los 28 minutos Martín Sansó por Gastón Martín y a los 37 Ramiro Iglesias (también debutante) por el propio Tesei. El Verde lo ganaba 2-0 con goles de Hernán Schinke (con fuerte disparo de frente al arco tras un centro desde la izquierda de Renso Fibiger) a los 45 minutos del primer tiempo y de Gustavo Cascallares a los 11 de la segunda mitad con un impecable cabezazo por el segundo palo tras un córner del propio Schinke. El zaguero formado en Blanco y Negro fue la gran figura de la cancha y el otro destacado fue el Gallego Arroyo que anuló, con todo lo que ello significa, a Leandro Allen. Dos hombres que ingresaron de refresco, Mariano Heim de cabeza a los 19 y Germán Eduardo Kloster a los 38, tras sendos centros de Sebastián Deni le dieron la igualdad a la escuadra pigüense. Tesei cumplió una regular actuación y vio su primera tarjeta amarilla en la máxima categoría de las manos de Luis Armani. Tras un primer tiempo discreto se asentó en la segunda mitad a la hora, cuando no y a tono con sus características, de la resistencia.

A la siguiente fecha, en Pueblo Santa María y en un partido que Atlético perdió 3-4 versus El Progreso tras estar 3-0 en ventaja, jugó su segundo cotejo oficial cerrando sus estadísticas de la temporada.

Hacer pie en la Primera División aceitera, principalmente por una cuestión etaria, no le fue sencillo. En temporadas convulsionadas, Sebastián jugó 11 partidos en 2008, 10 en 2009 y otros 9 en 2010, además de alternar en Reserva. Claro, por entonces cumplía 18 años y contaba ya con cuatro de experiencia en Primera. A partir de 2011, segundo año del ciclo de Gustavo Walter Del Valle como entrenador, se haría de un hueco entre los titulares hasta transformarse, con el paso del tiempo, en un joven referente.

Mientras tanto supo acumular logros. En 2007, el año de su debut en Primera y aún con edad de Sexta División, terminó formando parte del plantel de la Quinta División del Verde que fue subcampeona (derrota 3-4 a manos de Club Sarmiento, en cancha de Boca Juniors). En 2008 se coronó campeón invicto de Reserva (excepcional campaña aceitera con un derrotero de 17 triunfos y 10 empates); Sebastián sólo jugó tres partidos en la categoría: el 2-1 vs. Boca del Torneo Apertura y las dos finales de la temporada frente al mismo rival (1-1 en Coronel Suárez –lo reemplazó Eduardo Balvidares- y 6-1 en Huanguelén). Y, por último, en 2009 fue campeón de Quinta División con su categoría: aportó cinco goles a la campaña y, por una suspensión, se perdió la tarde consagratoria.

Desde 2011, conforme la continuidad en la alineación, su rendimiento fue creciendo. Jugó 15 partidos en aquella temporada, 25 en 2012 y otros 15 en 2013. El año pasado cambió de divisa pero no de colores, lució la casaca de Empleados de Comercio de Guaminí bajo las órdenes de Esteban Sachetto, y en la temporada en curso retornó al Aceitero.

Es uno de los más regulares del Verde en el año, cuanto menos, o el de mejor rendimiento, cuanto más. Atraviesa un momento de madurez futbolística a una edad en la que normalmente los jugadores cargan con el cartel de promesa. A la entrega acostumbrada le sumó una buena dosis de juego. Al primer pase le sumó técnica, visión y juego en largo. Y ahora hasta llegó al gol. Debió esperar hasta su encuentro número 92 en Primera División para liberar el grito sagrado, fue en Coronel Suárez, en el empate 2-2 con Blanco y Negro. Y repitió en su cotejo 99, en Guaminí, para abrir el camino al triunfo 2-1 ante Peñarol.

Frente al homónimo de Pigüé, desde otra colosal actuación en la medular, alcanzó el centenar de presencias en la categoría principal. Sus números se completan con 11 tarjetas rojas en su haber, que lo sitúan como el tercer jugador aceitero más expulsado del último medio siglo. Pero eso es parte de otra historia mientras continúa (transita sus primeras páginas, a decir verdad) la biografía de la trayectoria de Sebastián.

Felicitaciones por cien, Rusito. Se le agradece su entrega.




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